¡Buenas noches! El pasado jueves 6 de noviembre fue el cumple de la mia mama. Sí, mi madre cumplía un año más. Así que, que menos que hacerle una tarta como se merece. La intención era buena, pero por el camino surgió algún que otro inconveniente.
Pues eso, me puse manos a la obra y fui siguiendo la receta paso a paso. El color rojo de la masa no fue perfecto, porque no tengo colorante en pasta, si no líquido y por lo que leí por Internet es más que necesario, especialmente para esta receta, ya que si no, queda un color rojizo-marrón. En vez de un color rojo intenso, el característico de esta tarta para un mayor contraste con el blanco de fuera.
El miércoles es el día que más pronto salgo, así que a priori todo era perfecto, salgo a las 6, eso significa que sobre las 8 ya estoy en casa, una hora razonable para hacer la tarta.
Cuando llegué, lo primero que tuve que hacer fue comprar unos cuantos ingredientes que me faltaban para hacer la receta. La intención era haberlos comprado por la mañana, pero para variar, se me echó el tiempo encima. Así que, los compré y llegué a casa dispuesta a empezar.
La hora de comenzar se alargó más de lo debido. Por fin llegó el momento y me puse manos a la obra. ¡Ah! Se me olvidaba, decir que para hacer la receta de la Red Velvet me basé en la receta de 'Objetivo: Cupcake Perfecto'.
Pues eso, me puse manos a la obra y fui siguiendo la receta paso a paso. El color rojo de la masa no fue perfecto, porque no tengo colorante en pasta, si no líquido y por lo que leí por Internet es más que necesario, especialmente para esta receta, ya que si no, queda un color rojizo-marrón. En vez de un color rojo intenso, el característico de esta tarta para un mayor contraste con el blanco de fuera.
Así que la moraleja que saqué de esta receta fue: COMPRAR COLORANTE ALIMENTARIO EN PASTA. Ahora, a ver cual y por donde lo compro, creo que la mayor variedad es por Internet, así que será online.
El caso es que ya tenía mi masita con su colorante rojo y todo preparado en la batidora, lista para meter en el horno. El horno llevaba unos 10 minutos precalentándose, o eso creía yo. El caso es que iba a meter ya la tarta en el horno y veo que sigue frío. Bueno que no cunda el pánico, no lo habré encendido bien, se me habrá olvidado darle a la ruletita de la temperatura. Pues no :( resulta que el horno no iba.Por suerte era un pequeño fallo, ya esta listo y en perfecto estado.
Pero el miércoles no, así que yo desesperada con mi masa preparada, ¡qué hago ahora! El jueves imposible, porque me iba muy pronto, ya que había quedado en la biblioteca para hacer una trabajo y encima es uno de los días que más tarde salgo. Así que, ni hablar, por lo que hasta el viernes nada. De pronto, oigo la voz de mi hermana, hazla en el hornito. El hornito es ese pequeño horno que en mi casa usamos para tostar el pan o los sándwiches. Era o eso o nada. Así que, metí la masa por partes iguales en tres moldes que había comprado de los desechables, con el fin de hacer una tarta con tres pisos iguales, y menos mal que usé eso si no, el molde desmontable no hubiera cabido.
Así que, triple tiempo de espera, como encima tenía tiempo de sobra (mentira, se me hicieron las tantas).
No controlaba bien ese horno, así que en la segunda masa no se que toqué, pero estábamos mi hermana y yo en la cocina y empezó a oler a quemado. De esto que hasta había un poco de humo, yo estaba tan concentrada en una cosa de la Uni que tenía que hacer que ni me enteré, menos mal que rondaba por ahí mi hermana, conclusión, toda la parte de arriba de la masa quemada, bueno, quemada era poca, negra como la noche misma. Tuve que sacarla, la rebané todo lo quemado y la dejé que se hiciera bien porque por debajo estaba cruda.
No controlaba bien ese horno, así que en la segunda masa no se que toqué, pero estábamos mi hermana y yo en la cocina y empezó a oler a quemado. De esto que hasta había un poco de humo, yo estaba tan concentrada en una cosa de la Uni que tenía que hacer que ni me enteré, menos mal que rondaba por ahí mi hermana, conclusión, toda la parte de arriba de la masa quemada, bueno, quemada era poca, negra como la noche misma. Tuve que sacarla, la rebané todo lo quemado y la dejé que se hiciera bien porque por debajo estaba cruda.
Tres masas de espera. Cuando se me hacía una, a esperar a la otra y así hasta que por fin se hicieron las tres.
Cuando ya las tuve, esperé hasta que estuvieran completamente frías, mientras que hacía la crema de queso. En cuanto tuve la crema lista y las masas frías, monté el pastel. Todo parecía indicar que no quería hacerse, pero por fin estaba ahí.
El viernes fue el día de soplar las velas y probar el dichoso pastel....
El viernes fue el día de soplar las velas y probar el dichoso pastel....
Pues les encantó, de sabor, muy rico, hasta repitieron. Ufff ese pastel que todo indicaba a que no debía hacerse, salió y además gustó, prueba superada.
El otro problemilla es que no tenía la cámara lista así que no he podido grabar la receta. Cuando tenga el colorante en pasta y algo más de tiempo, osease, seguramente en las vacaciones de Navidad, volveré a repetir la receta, espero que esta vez con menos incidencias, la grabaré para subirla al canal de youtube y colgaré por aquí la receta.
Aquí os dejo el corte por dentro de la tarta. El color rojo le falta intensidad como ya he dicho.
Como veis, el último piso, el de más abajo, es el más finito, debido al problemilla del quemado jijiji.
A pesar de todo, estoy bastante orgullosa de mi tarta, porque con todos los contratiempos que tuve, quedó muy decente :)
Todo por mi madre, que se lo merece y mucho.
¡Qué tengáis un buen inicio de semana!
Todo por mi madre, que se lo merece y mucho.
¡Qué tengáis un buen inicio de semana!
Qué luchadora!!
ResponderEliminarContratiempos, universidad, poco tiempo...
Pero lo conseguiste!!